Para lograr un cambio permanente en los hábitos, costumbres y formas de trabajo de cualquier directivo o colaborador.
Para cambiar las maneras o procesos menos productivos y favorables.
Para asumir y utilizar nuevas costumbres, modos de comunicarse o formas de trabajo más efectivas.
Para alcanzar sus metas profesionales e incrementar su rentabilidad.
Comprometer e involucrar a nuevos clientes.
Para mejorar la calidad de atención a los clientes y su fidelidad.
Para generar un clima de trabajo positivo, agradable y que cuente con un amplio espíritu de colaboración.
Para minimizar los costes psicológicos y financieros de reemplazar empleados.